Juan Orlando podría volver

Por: Foad Alejandro Castillo

Una de las consecuencias de no ser un escritor consumado, de cualidades innatas, lejísimos de la profesionalidad es el necesitar, a veces desesperadamente, una inspiración, que los grandes artistas de la pluma llaman musa de forma pedante. Fue así, que durante casi diez años el hoy devenido a reo Juan Orlando Hernández casi siempre me atrajo al computador cada vez que ejecutaba uno de sus planes dañinos y usualmente delincuenciales. Pero desde que el famoso juez del distrito sur de Nueva York, Kevin Castel, luego del veredicto de un jurado, dio por finalizado el juicio criminal que el gobierno de Estados Unidos le entabló a través del departamento de justicia siento un incómodo vacío literario.

Entonces, ¿de qué o sobre quién podría escribir? Mas de alguno me dirá que de los de Libertad y Refundación, gente que, además de malvada, es socialista, -según los medios dominantes-, merecen la misma atención, sin embargo, en mi opinión “el hombre” es un personaje con muchos más matices y contradicciones, una máquina generadora de ese morbo malsano que es perfectamente capaz de “robarse los reflectores” en estereotípicas pero divertidas novelas y series policíacas cuyo villano es un desalmado latino perteneciente al mundo del narco.  

Así que cualquiera apostaría que pronto caerá en el olvido este señor, que no hace demasiado tiempo nos infundía cerval terror, con la institucionalidad a sus pies, presta para adaptarse a sus aborrecibles deseos, no obstante, protagonista de una risible aprehensión sin el encanto que se espera para un gran mafioso, puesto que era crónica anunciada y él en lugar de intentar escapar, como lo  hicieron varios de sus secuaces, cándido, reposaba en su casa, pensando que los yanquis le agradecerían los servicios esmeradamente facilitados aun en detrimento de los intereses del país del que era jefe de estado.

Y cuando estaba a punto de claudicar la luz ha aparecido, la señora Ana García, una mujer que guste o no ha sabido representar exitosamente su papel de esposa fiel y de principios, dando testimonio de la presunta injusticia del sistema penal norteamericano. Ella, digna descendiente de Tiburcio Carías, pese a los feos pronósticos sobre su futuro inmediato, ha resuelto que hay que aprovechar la fragilidad moral y ética de personas e instituciones, por lo que, prematuramente para algunos, lanzó su precandidatura a la presidencia de la república a solo días de la condena del mentado cónyuge. ¡Y lo peor es que despertó las esperanzas en montones de militantes del partido azul!

De modo que Juan Orlando podría volver con rostro de mujer, y eso a sus antiguos socios y compinches les entusiasma sobremanera, porque en un país desmemoriado y sin respeto por la ley nada es imposible, hasta la secuela de “Cara Cortada” en la mismísima casa de gobierno, ya que nuestros oligarcas exigen el renacimiento de la política de transferencia de recursos públicos, y si para ello tienen que darle su bendición a la consorte de un peligroso delincuente no pensarán en el qué dirán.

Sería una gran historia para Netflix.

Nunca des por muertos a los cachurecos

Por: Foad Alejandro Castillo

Como tantos otros millones de hondureños celebré la caída del Partido Nacional después de 12 años ininterrumpidos de violencia y saqueo, y para qué negarlo, ese domingo 28 de noviembre de 2021 yo no daba un cinco por la posibilidad de que esa gente nefasta volviese a ganar en las urnas el derecho a conducir la nación, pero estaba groseramente equivocado, pues no ponderé que la alianza que sentó a Xiomara Castro, de Libertad y Refundación, no iba a ser juzgada conforme las circunstancias socioeconómicas que heredó Juan Hernández, un presidente ausente desde el día que su hermano fue apresado en Estados Unidos por agentes federales en atención a cargos relacionados íntimamente con el narcotráfico, sino con baremos marcadamente idealistas.

Siempre he creído que el hondureño promedio acusa la mala costumbre de esperar de sus líderes políticos dones extraordinarios, puesto que hasta los mismos cachurecos hoy le reprochan rudamente a la primera mandataria no haber resuelto los ingentes problemas estructurales que ellos profundizaron o crearon durante la trágica noche de la narcodictadura. Porque la escasez productiva en el agro y en las fábricas, la delincuencia, la deuda pública, el analfabetismo y un largo etcétera no los inventó la citada con una varita mágica de comunista maldad.

Vale, tampoco sería honesto de mi parte usar estas líneas solo para ejercer de “porrista” de Libre y no reconocer que está cometiendo errores por culpa de la arrogancia, ese vicio tan propio de los que asaltan los cielos impulsados con el fervoroso amor del pueblo. Nótese que las quejas principales contra el actual gobierno “socialista” son producto de la seducción del alto salario y la necedad de confundir lo personal y lo colectivo. Y si hablamos de “colectivos” estos conglomerados de activistas se han convertido en un dolor de cabeza, dado que con sus tomas de oficinas y centros de salud se ganan el repudio de sus necesitados usuarios.

Sin embargo, es de elemental justicia señalar que aun en sus facetas de mayor oscuridad el gobierno de Libertad y Refundación significa un avance con respecto al inicuo partido que a la fuerza rigió los destinos de Honduras durante tres lustros con un pico de perversidad en la segunda ronda de Hernández Alvarado (2018-2022). La masiva transferencia de activos nacionales a manos particulares que llevó a cabo, mediante malversaciones, fraudes y fideicomisos, no tiene parangón en nuestra historia reciente.

Resultaría lógico entonces que la organización bajo denominación social “Partido Nacional” estuviese bien enterrada en la mente y los corazones de los hondureños, pero NO, se resiste a desaparecer como esos zombis de las películas que putrefactos aterrorizan a los pocos sobrevivientes del apocalipsis, ya que a las limitaciones comunicacionales de la secretaría de prensa debe sumársele una campaña mediática financiada por los oligarcas favorecidos con concesiones, exoneraciones, contratos y demás privilegios, dirigida a despertar en el ciudadano conservador bajas pasiones y miedos. Es así como, contra toda evidencia, se machaca a diario en las viejas plataformas analógicas y en las nuevas digitales que Zelaya Rosales desarrolla un proyecto cuyo pecaminoso objetivo es volvernos a todos homosexuales, ateos y comunistas.

Hasta se está intentando rehabilitar la imagen del imputado Hernández Alvarado, aunque todavía con modestos efectos, puesto que la presión que ejerce la fiscalía gringa es lo suficientemente poderosa para convencer a cualquiera que el expresidente en algo sucio anduvo. Solamente los fanáticos del anterior régimen creen que su líder volverá victorioso de su batalla judicial.

Podríamos resumir que el futuro de los cachurecos no está escrito y por ello pueden volver a engatusar a un pueblo, lamentablemente, ignorante y de memoria cortísima. Así que al decepcionado del gobierno de Libre queda sugerirle primero un análisis objetivo y si persiste en su intención de darse de baja no caer en las falsas promesas de personas que han hecho del engaño y el robo un verdadero arte. Prohibido olvidar.

El proyecto de reforma tributaria abre aún más la grieta entre Libre y el resto de fuerzas políticas. ¿Se puede hablar ya de una guerra declarada?

Por: Foad Alejandro Castillo

Quien pensó que el gobierno de Xiomara Castro finalmente iba a someterse a las fuerzas que derrocaron a su esposo en 2009 estaba muy equivocado, porque en este frenético marzo de 2023 ha desvelado claramente que su objetivo no es solo el desmontaje de las entreguistas políticas de Hernández Alvarado, sino cambiar la matriz económica y geopolítica del país.

De disruptiva puede definirse la propuesta de hacer pagar “considerablemente” más impuestos a los grandes magnates nacionales y extranjeros que desarrollan sus negocios en territorio hondureña, pues, aunque el argumento es el de eliminar privilegios en concepto de exoneraciones fiscales, en la práctica significa que los ricos tienen que aportar en mayor medida al erario.

Si de por sí ya es peliagudo trastocar las finanzas de los oligarcas en este anteproyecto abunda una narrativa que denuncia la desigualdad social y la antidemocracia de una clase social que eligió ponerse del lado de los golpistas de 2009, por lo que no debería sorprender a nadie que le haya caído tan mal a las cámaras de comercio y al Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP). Porque hay que decirlo, los ricos de Honduras no están acostumbrados a que les digan sus verdades.

Quizás el personal del Servicio de Administración de Rentas (SAR), de Finanzas y Aduanas, incluidos sus respectivos titulares, pecaron de demasiada impetuosidad al preparar el aludido documento, ya que presentar un rostro amable nunca sobra. Supongo que tanto gobierno como la patronal tarde o temprano tendrán que sentarse y buscar acuerdos, en virtud de que ningún partido a excepción de Libertad y Refundación ha mostrado entusiasmo por quitarle los privilegios tributarios a dueños de franquicias de comidas rápidas y grandes superficies comerciales.

Ahora asumiremos los hondureños que, al menos por un buen tiempo, las relaciones entre Libre y los demás serán ríspidas y con bastante desconfianza. En fin, que estos privilegios fiscales se hayan prolongado tanto en el tiempo les hizo pensar a sus ricachones beneficiarios que el estado debía concedérselos por siempre. Y, con toda seguridad, se les vendrá a la cabeza que es necesario terminar con el “abusivo” gobierno que se los quita.

Ojalá que el oficialismo tenga bien calculada la nueva estrategia contributiva y no resulte en una triste inmolación, porque la ciudadanía está cansada de las turbulencias de la política y exige una época de estabilidad y orden.

No debemos pasar por alto que uno de los factores clave en esta coyuntura es la reacción popular, puesto que sin el acompañamiento de la gente la primera mandataria y su gabinete no podrán resistir los embates de los altavoces mediáticos de los grupos de poder económicos.

Entonces, ¿se puede hablar ya de una guerra declarada? Definitivamente sí.

Conformarse con lo que hay: el caso de la corte suprema de Honduras

Por: Foad Alejandro Castillo

Durante mis años de juventud, cuando luchaba por no morir de aburrimiento en la inescrutable facultad de ciencias jurídicas y sociales de la Universidad Nacional Autónoma, padecí de la ingenuidad propia del aspirante que, lleno de ilusiones e ideales, cree firmemente que en los juzgados se le da la razón a quien le asiste el derecho.

Me faltaba aprender que las grandes batallas por las sentencias no siempre son disputadas con leyes y códigos en mano, sino con el poder de las influencias, el conocido “recurso platicado”, uno que, aunque no esté escrito en ninguna parte, surte efectos demoledores contra cualquier leguleyada. Recibirse de abogado en Honduras, máxime ahora que existen tantas universidades, es relativamente sencillo, pero ejercer es una realidad muy diferente, llena de estrés.

Del primer pleno de la corte del que tengo sólidas memorias es aquel que hace bastantes décadas dirigió el siniestrado abogado Armando Ávila Banegas y aunque yo aún era un imberbe estudiante me daban los alcances para sospechar que más que de un funcionario judicial se trataba de un político que buscaba votos como cualquier otro. Años después, con una persistente ingenuidad, vi esperanzado la llegada de la reforma que nos trajo a los 15 magistrados propietarios comandados por una mujer, la abogada Vilma Morales, que, huelga decir, nunca nos permitió ver las pruebas que se presentaron contra Callejas.

Y así se turnaron otros que hasta legalizaron un golpe de estado militar, pensando, quizás, que, si el cardenal lo había bendecido, pues de repente no era tan mala acción darle un poquito de barniz “sucesorio” al engendro. Argueta en los tiempos del fraude electoral y las ciudadelas modelo mejor se dedicó a construir juzgados, ya que eso de edificar institucionalidad se lo puso hartamente difícil su hoy “conocido” Juan Orlando.

Pero vamos, no todo es malo, no puedo faltar a la objetividad, dado que los magistrados siempre nos han enseñado que sin importar qué tan errada es la sentencia los formalismos siempre tienen que cumplirse, hasta cuando parecen ridículos. A la gente común y corriente el ambiente de varias salas le causa un inentendible miedo, pues los que mandan allí usualmente son amantes de solemnidades anquilosadas.

Estamos en 2023 y la nueva corte nuevamente surgió de la componenda, aunque, viéndolo bien, debemos agradecer que AL FIN hubo lideres partidarios que reivindicaron la propiedad de los distintos jueces supremos. Al jefe de los cachurecos en el Congreso Nacional, cuyos delirios anticomunistas últimamente le marcan el camino, se le ocurrió afirmar en el hemiciclo que los cinco escogidos por su partido van a pronunciarse de manera contraria si las minorías les solicitan el reconocimiento de derechos humanos, porque él y otros políticos ya les han mandado bien aleccionados.

Habría que preguntarse si la totalidad de estos magistrados son aptos para vivir bajo normas democráticas.

Cómo el Partido Nacional dejó a millones de hondureños en la miseria: algunas de sus medidas económicas más nocivas

Por: Foad Alejandro Castillo

No cabe duda de que algunos seres humanos son incapaces de reflexionar y pedir perdón por sus malos actos, y un buen ejemplo de ello se ve entre los exfuncionarios del gobierno de Juan Orlando Hernández, que aparte de no responsabilizarse del desastre en la economía nacional constantemente aparecen en los programas de televisión dando consejos y recomendaciones.  En cierto modo, su conducta se condice con la del homicida que quiere ocultar su cadáver.

Porque la única verdad es que el Partido Nacional (PN) con sus medidas solamente consiguió una brutal transferencia de recursos públicos a manos de particulares, un inconfesable objetivo, que salió a la luz por la propia prensa, siendo la política de fideicomisos el sueño húmedo de los banqueros que siempre apoyaron a la narcodictadura hasta el triste final de su cacique.

Mientras los pequeños, medianos y algunos grandes emprendedores al confinarse de manera obligada caían en números rojos, los bancos que recibieron como regalo empresas e instituciones del estado presentaron balances repletos de ganancias.  Acumularon 64% más en 2021 y superaron los 6380 millones de Lempiras, según la Comisión Nacional de Banca y Seguros, puesto que recibieron buena tajada del patrimonio de la nación con el pretexto de que solo ellos podían administrarlo, ya que los empleados públicos, conforme al relato, son corruptos e inoperantes.

Estos fideicomisos son básicamente contratos en los que el gobierno transmite bienes o derechos a una entidad financiera autorizada para que los administre o invierta en beneficio del estado, sin embargo, en el caso hondureño la transparencia no es la regla y hay muchas dudas sobre el destino de esos cuantiosos fondos.

Recientemente fueron derogados 19 fideicomisos en el Congreso Nacional, debido a que palabras de expertos su constitución «deterioró e inmovilizó las finanzas públicas, violentando el precepto Constitucional de Caja única de Tesorería General de la República». Contracorriente, un medio digital nada sospechoso de ser afín a Libre, en una investigación periodística averiguó que varios en varios fideicomisos el administrador delegado desvió dineros a actividades proselitistas del Partido Nacional, como en el del FINAPRODE, que en lugar de cumplir con el objetivo de potenciar a deportistas de alto rendimiento sirvió para pagar afiches y comidas de activistas.

La política fiscal del gobierno de “JOH” también contribuyó a la debacle, dado que el ajuste aprobado durante la diarrea legislativa de fines de la administración Lobo Sosa trastocó la economía descomunalmente. Con La “Ley de Ordenamiento de las Finanzas Públicas, Control de las Exoneraciones y Medidas Anti-evasión aprobada en diciembre de 2013 se destruyó la vida de 5 millones de hondureños, porque cualquier perspectiva de crecimiento económico, empleo y consumo dentro de la próxima década despareció, surtiendo un efecto totalmente contrario al que supuestamente perseguía: una buena recaudación tributaria.

Y del endeudamiento que heredó la administración del capo se puede afirmar que que el elevado nivel de la deuda interna y externa sobrepasó los 16 mil millones de dólares, constituyendo uno de los principales desafíos del gobierno de Libertad y Refundación, puesto que es un monto absurdo e inmanejable con el modelo vigente de productividad y tributario del país, lo cual ha orillado al equipo económico a plantear la supresión de decenas exoneraciones, dispensas y otras canonjías que son un obstáculo para un estado que desea sostener sanidad y educación pública. 

El Banco Mundial subraya que ya para el año 2019 el 14,8% de la población hondureña vivía con menos de 1,90 dólares por día y, además, casi la mitad de la población, unos 4,8 millones de personas, pasaba con menos de 5,50 dólares al día, la segunda tasa de pobreza más alta de América Latina solo superada por la de Haití. Otro tercio de la población era casi pobre y vulnerable a volver a caer en la pobreza, mientras que el tamaño de la clase media se achicó a solo un 18%, trayendo situaciones lamentables de menoscabo en donde personas que perdieron el empleo se vieron en la necesidad de alquilar un tercio de su casa.

Resumiendo, las decisiones económicas del gabinete cachureco, fueron pieza fundamental de la crisis del sistema que hoy afrontamos en medio de incertidumbres y miedos, en virtud de que al intentar con mayor o menor éxito, desde la presidencia, Xiomara Castro y José Manuel Zelaya Rosales, desmontarlas han enfurecido a sus beneficiarios, personas poseedoras de grandes capitales e influencias.

Hay gente poderosa que no quiere dejar de llenarse los bolsillos de dinero y es capaz hasta de dar un golpe si ello significa continuar con el privilegio, y esto pasó por las ambiciones de funcionarios que pensaron que si le regalaban las riquezas del país a los grandes oligarcas ellos los incluirían en su selecto club.

¿Es pertinente seguir recordando a Juan Orlando Hernández en 2023? Depende de para qué

Por: Foad Alejandro Castillo

Parece mentira que dentro de poco se cumplirá un año de la aprehensión del expresidente de facto Juan Orlando Hernández, un día de los enamorados en el que miles de hondureños, en lugar de asistir a una velada romántica, prefirieron desvelarse viendo la inesperada lucha de un hombre con la justicia penal norteamericana después de haberle servido ciegamente todavía semanas antes.

Como era de esperarse desde el partido Libre y algunos sectores de derecha no faltaron el júbilo y las burlas hacia aquel que tanto daño hizo con sus sistemáticas represiones a lo largo de 8 años, pero aún hoy hay gente que se empeña en enrostrárselo burlonamente a sus seguidores del Partido Nacional, que, por increíble que parezca, son bastantes, pues el ahora imputado por narcotráfico tristemente encarna el ideal de líder para estos conciudadanos.

Entonces, ¿tienen razón los que aseguran que insistir en el tema de “JOH” es una distracción de los errores e ineficiencias del actual gobierno de Libertad y Refundación? En mi humilde opinión sería demasiado prematuro dar por cerrado el capítulo de “la narcodictadura”, porque al estar el Ministerio Público y el Poder Judicial en manos de los cómplices del citado caído en desgracia se desconoce información relativa a la magnitud del expolio de las instituciones del estado, de la implicación de empresarios privados y de los tentáculos de las mafias en los organismos de seguridad y defensa.

Otro motivo que nos vuelve difícil olvidar al infame JOH es la campaña del “volverá” que han iniciado su esposa e hijas en redes sociales y algunos medios de comunicación cuyo delictual compromiso para con el capo sigue vigente. No soy un experto en derecho procesal penal norteamericano, pero luce extremadamente improbable que un jurado compuesto por gringos le absuelva.

Aunque, en resumidas cuentas, los hondureños tenemos el deber cívico de recordar la ignominia que montó Juan Orlando Hernández para que no se repita, pero este poderoso argumento tampoco puede servir de excusa o justificación de propias corrupciones.

En el futuro, cada vez que un mandatario hondureño se sienta tentado a tomar la deriva autoritaria podrá revisitar el funesto período de JOH y reflexionar sobre cómo este aniquiló lo poco que quedaba de la incipiente democracia emanada de la constituyente de 1981, sumiendo además a millones de sus compatriotas en la mayor de las miserias.

¿La CICIH es nuestra única esperanza? ¡Todo indica a que sí!

Por: Foad Alejandro Castillo

Ver a la secretaria de finanzas y a otros altos personajes del actual gobierno emprender viaje hacia Washington con el loable propósito de ultimar los detalles de la instalación de la Comisión Internacional Contra La Corrupción y La Impunidad (CICIH) produce entre los hondureños sensación de júbilo, en virtud de la inoperancia de un Ministerio Público que, salvo honrosas excepciones, todavía opta por mirar a otro lado.

Vale, reconozco que no he sido del todo justo con la UFERCO, la dependencia que ha sacado la cara en materia de lucha contra la corrupción, pero ‘una sola golondrina no hace verano’, máxime cuando incluso algunos compañeros de institución te desean el fracaso.  

En lo particular no soy demasiado optimista con respecto a los resultados que podría cosechar la CICIH enfrentando un poder judicial que, de conformidad con la discutida constitución que en teoría nos rige, se derivará del Parlamento, un ente que, si nos atenemos a la simple aritmética, está bajo el control de las mismas fuerzas conservadoras que dieron el golpe de estado de 2009 al expresidente Zelaya Rosales, iniciando así una era de latrocinio institucionalizado.

A mí como a muchos otros no me agrada que el gobierno entregue la justicia a extranjeros, sin embargo, no hay opción, pues los caminos casi se han cerrado completamente, entendiendo que la CICIH no podrá ganar en todos los casos.

Que la CICIH pueda cuantificar la magnitud y los autores públicos y privados de la corrupción de la dictadura del Partido Nacional es el anhelo de la ciudadanía y para ello es imperativo que el proyecto de la diputada Hortensia Zelaya Castro sea aprobado en el legislativo, por lo que otra vez se desea la presión, a veces nada diplomática, de las autoridades de la Unión Americana.

Si la sociedad hondureña permite que los cachurecos y sus aliados impidan la llegada de la misión internacional fiscalizadora esta habrá desperdiciado una excelente oportunidad de higienizar la política nacional, recuperar importantes activos de la colectividad y evidentemente tampoco obtendrá la garantía de no repetición de las conductas constitutivas de malversación de fondos públicos que emprendió masivamente la ilegal e ilegítima administración de Hernández Alvarado por 8 largos y costosos años.

“No queremos una CICIH coadyuvante del Ministerio Público, el planteamiento es que la CICIH sea independiente para ejercer la acción penal pública en los casos de alta corrupción organizada en el sector público y privado”, declaró la señalada ministra Rixi Moncada a la emisora Radio América, una aspiración que ha puesto nerviosos a las estructuras de los hoy opositores cachurecos.

Deja un sabor amargo que el rescate de la patria descanse en personas que ni siquiera la conocen, pero es lo que hay en medio de un escenario judicial sombrío en donde es factible que el oficialismo se vea compelido a negociar impunidad a cambio de gobernabilidad. Porque sí, la realidad suele no adecuarse al idealismo.

 Siendo de Honduras me siento moralmente obligado a apoyar cualquier mecanismo que traiga algo de paz, que genere la confianza para seguir soñando que es posible vivir en dicha jurisdicción. Y sí, aunque coincido con aquellos marxistas que afirman que antes del combate a la corrupción está la modificación del modelo socioeconómico, peor es quedarse cruzado de brazos. El extraditado fue un ladrón de dimensiones tan astrales que hasta nos orilló a repensar la praxis ideológica.

Cualquiera es comunista a los ojos de Tomás Zambrano

Por: Foad Alejandro Castillo

Tomás Zambrano viendo a la desconocida hermana de Biden

Los hondureños el miércoles 19 de octubre de 2022 nos enteramos del pintoresco viaje de una comitiva de diputados del Partido Nazional hacia Washington, Estados Unidos para presentar denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre persecución política, según lo confirmó el jefe de bancada nacionalista, Tomás Zambrano, quien además señaló que el gobierno de Libre obedece un macabro plan socialista tejido en Suramérica.

Pero al ser un político de raza, don Tomás, o “Tommy” (para los amigos), entiende que las denuncias públicas siempre son herramientas del proselitismo, así que decidió catalogar todo acto oficial como una “ñangarada” (expresión despectiva con la que se conoce a los izquierdistas en Honduras), por casual que este sea. Asimismo, siguiendo la lógica del protagonista de esta historia, cualquier ser humano que exija rendición de cuentas al partido cachureco es un insalvable comunista asesino de niños.

Quizá, las verdaderas motivaciones de don Tomás vayan más allá de cuentos socialistas y realmente se asientan en el miedo a que se descubra de una buena vez el paradero de millones de dólares que brillan por su ausencia en las arcas estatales. Es complicado para quien ha estado acostumbrado a hacer lo que le plazca, enfrentar la dureza del llano, pues, aunque personajes de la calaña de Zambrano hayan conservado su plaza de congresistas, el no poder acceder a completo gusto a los recursos públicos y a las instituciones fiscalizadoras les debe suponer un enorme dolor de cabeza.

Otro rasgo que distingue a los anticomunistas del Partido Nazional es el cerval miedo a la instalación de la Comisión Internacional Contra La Corrupción y La Impunidad (CICIH), pese a que de caras a la galería fingen estar deseosos a someterse al imperio de la ley. En fin, uno puede pensar lo que quiera de Juan Orlando Hernández, pero tiene asegurado un lugar de honor entre los suyos. Tuvo la desgracia ser apresado un día de los enamorados, no obstante, su imagen de líder habilidoso ha quedado en la memoria de la gente de su tufoso partido, dado que Tomás Zambrano, el aspirante al título de nuevo caudillo, se nota incapaz de mostrarse inteligente (al menos hasta ahora), pues solamente se le pudo ocurrir ir a Washington a narrar ridículas leyendas de dictaduras con puño de hierro.

Puede ser su necedad, su mala suerte, o simplemente que no está de moda el cachurequismo en la corte del “Tío Joe”, pero lo cierto es que Tomás Zambrano y los que le acompañan en Washington se han ganado a pulso la antipatía de muchos poderosos en Honduras, y en las redes sociales, la gente común y corriente, les dirige diariamente hirientes epítetos.

Da la impresión de que el miedo al comunismo es hoy por hoy, patrimonio de la bancada de don Tomás y de unos cuantos más. El resto de la población sigue sin entender el fenómeno.

Nasry Asfura Zablah, el gran «showman»

Por: Foad Alejandro Castillo

Dicen los sabios del periodismo futbolístico que en dicho juego no solo basta con llegar al área, sino que además hay que hacerlo con cierta dosis suerte, que los pequeños imponderables cuentan mucho. Al alcalde Jorge Aldana, un gordito con cara de buena gente, le puede aplicar el mencionado aforismo balompédico, porque, si bien rompió con 24 años de hegemonía cachureca en la capital, derrotando, eso sí, a un impresentable que daba la impresión que salía del bar a las tribunas a hacer proselitismo, alcanzó el codiciado premio edilicio en un año que no ha parado de llover en la vieja y sucia Tegucigalpa.

Entretanto, con tantas precipitaciones, el humor de los capitalinos se va afeando en proporción directa al número de baches que aparecen en las calles a vertiginoso ritmo y recuerdan nostálgicos los años del anterior burgomaestre, Nasry Asfura Zablah, un hombre multimillonario, pero cuya principal afición es la de disfrazarse de “maestro de obra” y con ello despertar la admiración entre aquellos que, como buenos católicos, suponen que el comportamiento frugal es siempre sinónimo de humildad y honestidad.

En fin, a veces es tarea hercúlea llenar los zapatos, o mejor dicho, los “burros” del predecesor, especialmente cuando este es, cual cohete, propulsado por la propaganda y el fino mercadeo de los medios, con publirreportajes no contrastados que son presentados como incuestionables hechos en los noticieros y programas de opinión estelares. Pero… ¿y si gran parte del cuento es pura hojarasca sin mayor valor?

Al repasar la leyenda de Asfura Zablah encontramos que se trata de un exfuncionario que durante su mandato casi compulsivamente ordenó la construcción de puentes y pasos a desnivel en Tegucigalpa, puesto que para Comayagüela nunca mostró demasiado cariño; quizás la miraba fea y nunca lo sabremos, aunque eso no interesa para efectos de este artículo, pues lo realmente importante es preguntarnos sobre la validez de la solución al problema de inmovilidad urbana que vendió como panacea: más espacios para más automóviles.

Según expertos, el asumir que solamente agregando pasos a desnivel y rotondas se iba a descongestionar el Distrito Central por el resto de los tiempos resultó contraproducente, pues reafirmó la concepción del uso del vehículo personal como único acceso a la movilización segura, desincentivando la ejecución de proyectos de transporte público. Y aquí viene a colación otra de las grandes decepciones de los capitalinos: el cachureco Ricardo Álvarez. Porque aún resuenan en los oídos de la población sus lamentos y gimoteos por la cancelación del Trans-450, una gran idea pésimamente realizada.

Vamos, que un sistema de bus de carril único y seguro no sonaba nada mal para los que creen que el paradigma de ciudad moderna está definido por el respeto al medio ambiente, a la estética, y a la relativa calma que facilitan estaciones respetuosas de las zonas de recreación. Pero Asfura impuso el modelo de urbe de completo cemento, fría e hiriente, más acorde con sus negocios. Así que Álvarez no supo proteger a su hijo del dios automóvil.

Otro exalcalde de la capital, Henry Merriam, el del famoso hoyo, cuestionó en su día la labor del Nasry Asfura Zablah al frente de la comuna capitalina debido a que enfocó todo su esfuerzo en la construcción de rotondas y puentes. «Una ciudad es más que eso, ¿Dónde está el desarrollo humano, el desarrollo de los barrios con mayor pobreza?”, le espetó, y evidentemente no obtuvo ninguna retroalimentación, dado que el dinero tenía que fluir hacia las constructoras.

Hoy, que los de la bancada del Partido Nacional pretenden sacar las cabezas de la letrina en que las metió el popular JOH, hablan acerca de las grandes bondades de Asfura Zablah, omitiendo que a este se le señaló de ser autor de sistemáticas malversaciones de fondos de la comuna que regía luego que salió a la luz una investigación de la Uferco, donde se descubrieron movimientos irregulares de fondos de la AMDC a sus cuentas personales y al menos 6 miembros de su círculo cercano; Asfura Zablah tuvo que reconocer que las transacciones en efecto se efectuaron, no sin antes rebajarle importancia al tema, en vista de que alegó que repondría lo ilegalmente sustraído. Casi pidió las gracias por su misericordia.

No bastando el chanchullo en el manejo de los dineros de la AMDC, el portal Expediente Público asegura en una de sus investigaciones que las compañías de Asfura Zablah, merced a la posición privilegiada de este, han sido proveedoras del estado de Honduras por 16 años, poseyendo, al momento que desempeñaba el puesto de alcalde, dos empresas recolectoras de desechos sólidos. A eso se le llama estar en los dos lados del escritorio. Y se puede ahondar en sus negocios en paraísos fiscales, en que fue implicado en un escándalo de sobornos en Costa Rica, en la gigantesca deuda que contrajo en nombre de la ciudad, y en lo peligroso que nunca use faja.

Ya para terminar, Nasry Asfura, alias “Papi”, es un hombre con mucha suerte, nadie se acuerda de sus pecadillos y de manera recurrente halla de dónde echar mano. Ojalá que al gordito Aldana se le pegue algo de esa estrella y, una vez que pavimente la infinidad de cráteres que le dejaron de herencia, pueda aportar para una red de transporte que logre que hayan menos vehículos en las calles, porque las grandes y caras rotondas, puentes y pasos y desnivel solo sirven de marco perfecto a los embotellamientos de cada día.

Desfiles del 15 de septiembre abren más la grieta en Honduras

Por: Foad Alejandro Castillo

Que en Honduras los adultos sean conservadores no debería sorprender a nadie, pero lo novedoso en el panorama social es una juventud completamente desarraigada de las ideas y tradiciones ya no solo de sus padres y abuelos, sino que incluso de sus hermanos mayores, que, para bien y para mal, interpreta la vida de formas diametralmente opuestas a las generaciones que le precedieron.

No es inusual que en una familia de marcada vocación religiosa aparezca la oveja negra que, así como cree con vehemencia en otra sexualidad y en las bondades del consumo recreativo de drogas prohibidas por la ley, reniega de la existencia de un divino creador. «Son cosas del maldito internet», dicen algunos críticos de esta modernidad epicúrea. Y es en este contexto que al nuevo gobierno de la presidenta Xiomara Castro se le ha ocurrido interpelar desde una perspectiva cuasi científica los convencionalismos de los -para mí- cacofónicos desfiles del 15 de septiembre que conmemoran la independencia del imperio español.

Este atrevido intento de la secretaría de educación de redefinir las fiestas patrias, que en los recientes años solamente sirvió para exponer las carnes de adolescentes al dictamen de improvisados cronistas de moda y los lujuriosos de turno, ha despertado bastantes ampollas en todo ese bloque ultraconservador que fue empoderado por los gobiernos surgidos del golpe de estado de 2009, por lo que ahora estamos siendo testigos de un nuevo frente en la guerra cultural/religiosa que ha planteado la reacción conservadora.

Seguro es que, a los derechistas, en el fondo, poco o nada les interesa saber acerca de próceres y banderas, pero en esto hallaron magnífico filón que explotar, pues los organizadores, al parecer, han aceptado la participación de la comunidad LGTBIQ y de los colectivos de Libertad y Refundación en los susodichos desfiles. Para ellos una afrenta a los anacrónicos valores del siglo XIX, que, dicho sea, tampoco conocen en su totalidad, pues ya ratos hubieran entendido que Morazán repudiaba que los religiosos influyeran en las decisiones de estado. 

En gran medida la renuencia a ver gais desfilando es porque muchos no quieren que desaparezca la hegemonía de la masculinidad tóxica y opresora, esa que tanto daño causa en las familias de Honduras. Y ya que estos grupos dicen preocuparse por el bienestar de la niñez sería realmente útil que, en lugar de creer que sus hijos van a contagiarse de la homosexualidad de coloridos patriotas, contribuyeran a generar consciencia acerca de la relevancia de una materia de educación sexual en las escuelas y colegios de la república, puesto que de acuerdo con las estadísticas de la ONG «Asociación por una Sociedad Más Justa (ASJ) se registró en Honduras entre 2016 y 2020 unas 8.945 denuncias por agresión sexual a menores, de ellas 8.732 eran niñas y 1.099 niños, lo que equivale a que un menor es violado cada 6 horas en el país de la cristiandad militante.

Las cifras anteriormente descritas a cualquier ser medianamente racional le obligarían a cuestionarse si el motivar a pubertas a hacer piruetas con bastones para el deleite de concupiscentes hombres adultos es algo bueno que vale la pena ser repetido año tras año. Pero al derechista no le gusta que un gobierno, a sus ojos indigno y ateo, toque sus tradiciones y costumbres (aunque estas sean anacrónicas, discriminatorias, absurdas y a veces tontas).

Menudo lío tienen doña Xiomara y los funcionarios de la secretaría de educación, en virtud de que la intransigencia al cambio es casi un arte en las distintas congregaciones cristianas que alimentan a sus fanáticos de sentimientos de odio y rechazo al que se ve y piensa diferente. Personalmente no guardo demasiadas esperanzas de que al corto plazo pueda surgir, cuando menos, la tolerancia en el que milita por una Honduras anticuada y cerrada al progreso. Quizás estemos viendo sin saberlo a un futuro Ku Klux Klan o algo similar. Que dios nos agarre confesados si los políticos que instrumentalizan a esos desequilibrados pierden el control sobre ellos.